sábado, 26 de mayo de 2012

DONDE EL CORAZÓN TE LLEVE

DONDE EL CORAZÓN TE LLEVE - 1994
SUSANNA TAMARO




Hace dos meses que te fuiste y desde hace dos meses, salvo una postal en la que me comunicabas que todavía estabas viva, no he tenido noticias tuyas.

¿Qué podría contarte que te permitiera conocer un poco más el corazón de esta pobre vieja enferma?

Sentí, amé y renuncié.

Cuando leas esto, probablemente yo ya me haya ido, pero acepta mi consejo:

Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.

ENMASCARADO

sábado, 19 de mayo de 2012

MADAME BOVARY

MADAME BOVARY (1857)
GUSTAVE FLAUBERT


Estábamos en la sala de estudio cuando entró el director, acompañado del médico, un hombre corpulento y algo grasiento, de manos y dedos grandes, bien peinado y vestido. Le seguía Homais, el boticario, más alto y mejor formado, vestido más elegante. Contrastaban bastante con la austeridad de la sala, las paredes vacías y algo desconchadas, iluminadas por una luz que confería a todo un tono amarillento. El médico llevaba un maletín del que sacó varias cosas hasta dar con el estetoscopio, con el que comenzó a examinar al joven estudiante desmayado. El boticario, a su vez, no paraba de hablar, sacó un sobre pequeño de un bolsillo y lo acercó a la cara del desmayado, que en ese momento reaccionó. El médico intentaba preguntarle cosas pero era el boticario quien sentenciaba "no come bien, solo hay que ver este lugar" o "seguro que son las chinches que no le permiten dormir". El médico recogió y salieron todos. Esa fue la última vez que vi a Charles Bobary. Nada que ver con la delicada pose de su pequeña esposa, siempre impecable y de gráciles y estudiados movimientos. Fue ella quien habló de amor al joven estudiante, de amor "de verdad", como el que trataba de vivir, el de las novelas que leía. Mirarse a los ojos arrebatados, reír hasta el amanecer, sentir un fuego interior al encontrarse. Todo eso que Emma adoraba y que se notaba de lejos que el estudiante no apreciaba sino por los ricos manjares con los que le obsequiaba "para que no cayese enfermo". Era ella la que no gozaba de buena salud pese al enorme médico con el que dormía, y del que despotricaba, con hastío, a la mínima ocasión.
Y así pasaron una temporada hasta que el chico se cansó de tanta atención y empezó a aburrirse de tanta chaladura. Dejó una escueta carta de despedida para que le recordara con cariño, y nunca más volvió por Yonville. Podría haberla sacado de allí, pero nunca habría tenido esos lujos y al final terminarían peor que lo hicieron ella y el médico. Desde luego, no es por esa huida por lo que acaban de concederle la cruz de honor.

ANA VIDAL
http://relatosdeandarporcasa.blogspot.com.es/

martes, 15 de mayo de 2012

EL PARAÍSO EN LA OTRA ESQUINA

EL PARAÍSO EN LA OTRA ESQUINA (2003)
MARIO VARGAS-LLOSA



Abrió los ojos a las cuatro de la madrugada y pensó: “Hoy comienzas a cambiar el mundo, Florita”. Con esa absurda idea en la cabeza se despertó en abril de 1844. Con esa absurda idea murió en noviembre del mismo año. Fueron unos pocos meses de dura brega, yendo de ciudad en ciudad, conferenciando con los obreros y los patronos, queriendo doblegar viejas costumbres e ideas. Pero el mundo, por desgracia, no se dejó cambiar. Encontró enconadas resistencias en unos y otros, deudores a su manera de la grey turiferaria y oscurantista que ni soportaba que una mujer abanderara la utopía de una revolución ni soportaba que, charla tras charla en fábricas, en iglesias o en talleres, declamara por la constitución de un nuevo orden social, hijo de la igualdad. Unos y otros hicieron todo lo posible por desgraciarla, y lo consiguieron. Su propio marido la denunció. Y por un tiempo perdió a sus hijos. Viviendo como una fugitiva, como una paria, conoció más a fondo las injusticias que ya conocía. Al morir, con solo cuarenta y un años, Flora Tristán parecía una viejecita. Sus enemigos se frotaron las manos cuando la enterraron. Se habían desecho por fin de una enemiga de Dios y de todo lo que es decente en esta tierra.

RICARDO ÁLAMO GONZÁLEZ
http://odadrek.blogspot.com.es/